Los bioplásticos son al día de hoy la solución más efectiva y con mayor potencial para contrarrestar los efectos del uso de utensilios y envases de un solo uso.

¿Qué son los productos de Neo-Plast?


Los productos de Neo-Plast son biobasados, biodegradables y compostables. Hoy los productos Bio-Sorbet y Bio-Sundae son fabricados con PLA (Ácido láctico) que proviene de azúcares de plantas, en este caso el maíz, que en su país de origen solo representa el 0,02% de la producción local.

También puede producirse de otras fuentes tales como la caña de azúcar y la tapioca, el desarrollo de estos materiales está en constante crecimiento, en un futuro próximo se utilizarán materias primas tales como derivados celulósicos!

Podemos decir que nuestros productos tienen grandes beneficios ecológicos y un menor impacto ambiental porque:
  1. Se producen con materias primas renovables anualmente, azúcares de plantas NO DE PETROLEO!!!
  2. Tiene baja huella de carbono (gases de efecto invernadero).
    Ejemplo: 500 toneladas de PET convertidas a bioplástico equivalen a:
    1. Manejar un automóvil por 6,8 millones de KM.
    2. El consumo de energía de 135 casas durante un año.
    3. La absorción anual de CO2 de 97 hectáreas de bosque de pino.
    4. Preservar 35.000 mts cuadrados de bosques de la deforestación.
  1. Su proceso tiene menor consumo de energía.
    Ejemplo: 500 toneladas de PET convertidas a bioplástico equivalen a:
    1. Dejar de quemar 386 mil litros de gasolina
    2. La cantidad de energía consumida por 31,500 personas en México durante un mes
    3. Mantener encendida una bombilla de 100 watts por 1,350 años
  2. Ofrece más opciones de fin de vida.
Cumple con las normas:
  1. DIN EN 13432:2000-12
  2. DIN EN 14995:2007-03
  3. ISO 17088:2012
Condiciones de ensayo Temperatura Duración
Industrial Compost Biodegradación 58°C 6 meses
Desintegración 40-70°C 12 Semanas
Home Compost Biodegradación 20-30°C 12 meses
Desintegración 20-30°C 24 semanas

La EN 13432 es una norma armonizada del Comité Europeo de Normalización sobre las características que un material debe poseer para poder ser definido biodegradable o compostable. El término “compostable” se refiere a normas relacionadas con la toxicidad del material descompuesto si se abandona en el medio ambiente como así también se definen los parámetros de tiempo para que se desintegre y las condiciones que necesita.

Esta norma lleva por título: “Requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación. Programa de ensayo y criterios de evaluación para la aceptación final del envase o embalaje”.

Según la norma DIN EN 13432:2000-12, un material para ser definido “Compostable” debe poseer las siguientes características:
  1. Degradarse como mínimo el 90% en 6 meses, si es sometido a un ambiente rico de dióxido de carbono.
  2. En contacto con materiales orgánicos, al cabo de tres meses la masa del material debe estar constituida como mínimo por el 90% de fragmentos de dimensiones inferiores a 2 mm.
Estos valores deben probarse con el método estándar EN 14045:


Huella de carbono y Huella de agua

La huella de carbono representa el impacto que tiene sobre el clima el desarrollo de una actividad. Se entiende como huella de carbono, a la cantidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) emitidas de forma directa, o indirecta como consecuencia del desarrollo de una actividad, medido en toneladas de CO2 equivalente.

Como ya explicamos anteriormente las materias primas con las que están elaborados nuestros productos tienen menor huella de carbono.

Ahora cabe preguntarnos ¿Que es la huella de agua o hídrica?
El concepto fue acuñado en 2002 por los investigadores de la Universidad de Twente (Países Bajos) Arjen Hoekstra y Mesfin Mekonnen, que establecieron esta variable para obtener información valiosa sobre el consumo real de agua y los usos que hacemos de ésta, desde las fuentes superficiales y subterráneas pasando por toda la cadena de producción y distribución hasta llegar al producto final.

Así, se puede calcular el impacto que generamos al usar una hoja de papel (10 litros), comer una naranja (50 litros), preparar una taza de café (140 litros) o llevar un pantalón vaquero (10.000 litros).

En un planeta en el que la escasez de agua dulce se incrementará, debido principalmente al cambio climático, el aumento de población y la mayor presión sobre los recursos hídricos, es necesario tomar medidas para optimizar y gestionar mejor el uso de este recurso vital.

Los expertos auguran que en 2025 un 67% de la población del planeta vivirá en una zona de estrés hídrico, esto es, lugares en los que la demanda de agua dulce es más alta que la cantidad disponible (por sequías, acuíferos sobreexplotados, etc.) o en los que el uso de esa agua dulce se ve restringido por una pérdida de calidad(intrusión salina, contaminación por nitratos o fitosanitarios, etc.).

En la faz productiva, para calcular el valor de la huella hídrica hay que medir el volumen (litros o metros cúbicos) de agua consumida, la que ha sido contaminada y la que se ha evaporado en el proceso de producción. La huella hídrica es así el resultado de tres indicadores, divididos en colores, en función de la procedencia del agua: huella hídrica verde, huella hídrica azul y huella hídrica gris.

Análisis de opciones “Polipapel”

La pasta de este tipo de papel se elabora a partir de la celulosa que se obtiene de la madera o de fibras vegetales. La pasta mecánica se obtiene triturando los troncos y mezclándolo con agua. La pasta química se obtiene por un proceso de disolución y cocción de la madera en distintos productos químicos. Se consumen 2.400 kilogramos de madera (17 árboles) por tonelada de papel. Este proceso trae aparejado estos inconvenientes:


Consumo de agua: Para fabricar una tonelada de papel se emplean de 150.000 a 200.000 litros de agua y para producir un paquete de 500 folios de fibra virgen 130,6 litros de agua.

CONSUMO DE ENERGÍA: Para fabricar una tonelada de papel se emplean 7.000 kilowatios hora (kWh) y para producir un paquete de 500 folios de fibra virgen 26,8 kWh. Es el quinto sector industrial en consumo de energía, con un 4% del uso mundial de energía.

Dicho esto, podemos decir que comparativamente con las opciones disponibles en la actualidad en utensilios biodegradables y compostables los bioplásticos siguen siendo la opción más sustentable para nuestro medio ambiente.